Si queremos que nuestros clientes usen nuestros productos y servicios para solucionar sus problemas debemos tomar el rol de guía.
En las historias, el héroe no resuelve sus problemas por si mismo. Lo que suele ocurrir es que encuentra a alguien que ha estado en su misma situación y ha podido resolverlos previamente.
Llamamos a este personaje el guía.
El guía tendrá la función de ayudar al héroe a enfrentarse a sus problemas y lograr sus objetivos.
Las características que todo buen guía debe tener son:
Empatía: Debe entender perfectamente los miedos e inseguridades del héroe
Autoridad: Al haber recorrido previamente con éxito el mismo camino del héroe, el guía estará cargado de experiencia y sabiduría en ese campo concreto.
Debemos comportarnos siempre como un guía de cara a nuestros clientes, los cuales tomarán el rol de héroe en la historia de nuestra marca. Si no logramos transmitirles estas cualidades será complicado que confíen en nosotros a la hora de ayudarles a resolver sus problemas.
El héroe está confuso cuando encuentra al guía, por lo que tenemos la responsabilidad de hacerles saber que su vida puede mejorar. Para ello le entregaremos un plan:
El plan debe estar formado por instrucciones detalladas paso por paso de las acciones que debe tomar el héroe.
Se usa para indicar al cliente qué pasos tiene que dar para poder contratar nuestros productos o servicios. Entre 3 y 5 pasos suele ser lo más recomendable.
Tiene también gran utilidad a la hora de explicar al cliente cómo usar nuestro producto o servicio, mejorando enormemente la atención posventa.
Posicionarnos como el guía que acompaña al héroe en su camino y presentar un plan de acción claro y preciso nos ayudará a aumentar nuestras ventas y el grado de fidelización que tienen los clientes con nuestra marca.