Es frecuente que a muchos empresarios les cueste que sus clientes realicen una acción favorable para su empresa:
Dejarles su contacto
Seguirles en redes sociales
Recomendar sus productos
Realizar una compra
Para conseguir que tomen acción podemos hacer uso del principio de la reciprocidad, uno de los recursos psicológicos más arraigados en la mente humana.
El principio de reciprocidad es el que lleva al ser humano a corresponder los favores que recibimos (aunque estos favores no hayan sido solicitados)
Por todos es sabido que el hecho de devolver favores es uno de los pilares de nuestra sociedad. Cuando un amigo o familiar nos hace un regalo nos sentimos en la obligación de corresponder el regalo.
Aquí os dejo 3 ejemplos muy sencillos de cómo aplicar el principio de reciprocidad a nuestras estrategias de marketing:
Generar contenido de valor gratuito: si realmente ayuda a nuestros potenciales clientes a resolver sus problemas se sentirán en deuda con nosotros y podremos llamarles a la acción.
Cupones de descuento al entrar en nuestra página web: Este regalo inesperado puede resultar de gran ayuda para activar la reciprocidad, especialmente si se acompaña de la generación de un sentimiento de escasez.
Pruebas o muestras gratuitas de nuestro producto o servicio: mes de prueba gratis, consultoría gratuita, envío de muestras de producto etc.
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